miércoles, 12 de noviembre de 2008

La mímica


Muchos suponen que los primeros intentos del ser humano por entablar comunicación los realizó sobre la base del gesto. De ahí que piensen que la mímica es la forma más antigua del lenguaje. No obstante, esto no evita que hoy por hoy se convierta en una forma sofisticada y tecnificada de comunicación.
“La mímica utiliza una forma de expresión corporal” (Carreto, 2005:12). A través del cuerpo logramos exteriorizar nuestros pensamientos, sentimientos y sensaciones. Los gestos aportan sentido a lo que decimos y le permiten al receptor descifrar ciertos contenidos y su significado.
Este lenguaje, a juicio de Carreto, hay que considerarlo en dos niveles: el instintivo (natural) y el artístico (la expresión corporal responde a patrones estudiados y planificados). Un gesto puede impactarnos de diversas maneras: directa (entendemos su significado), directamente objetiva (analizamos su efecto y comprendemos ciertos aspectos del mismo) o indirecta subjetiva (reaccionamos ante él e intentamos imitarlo).
Hay gestos que muestran las emociones: alegría, ira, tristeza, miedo. Cada cultura posee su forma particular de manifestarlos, no obstante, todas tienen puntos coincidentes, por lo tanto, los especialistas señalan que se trata de una manifestación universal. A diferencia de nuestros pensamientos, que son privados, las emociones nos desnudan; no podemos ocultarlas.
Con los gestos pasa lo mismo que con las palabras, si el receptor no entiende el mensaje, entonces tampoco se puede decir que hubo comunicación.
Es de resaltar que el estudio de los gestos es en la actualidad de gran ayuda para los servicios de inteligencia que tienen entre sus funciones interrogar y detectar la mentira en de una declaración.

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