miércoles, 4 de febrero de 2009

El chat y la Lengua escrita






El Chat se puede identificar como una conversación en línea entre varios usuarios utilizando un teclado y conexión a la Red. Su tecnología data del año 1988 y tiene su origen en Finlandia. Su mayor peculiaridad es que permite la comunicación simultánea entre muchos. De ahí que se hable de “salas de chat”. Este aspecto grupal no tiene limitaciones y funciona igual sin importar la ubicación geográfica de sus participantes. Los contactos establecidos no están limitados por el usuario, sino tal vez por temáticas o por casualidades de navegación.
Lo más característico de estas conversaciones es que las interacciones se dan de manera tan espontánea como si estuvieran físicamente presentes. No obstante, la realidad es que los participantes se encuentran en sus casas, en oficinas o en cybercafés.
Desde el punto de vista del uso del lenguaje, la sintaxis y el estilo están más cercanos de la oralidad que de la escritura. Por tanto, el mensaje se ve afectado por factores relacionados con la inmediatez y la necesidad de ahorrar tiempo y espacio. Se escribe entonces como si se hablara, utilizando la menor cantidad de símbolos posibles y valiéndose de otros creativos y novedosos para significar: abreviaciones, simbologías, emoticones, etc. Se puede decir que esa modalidad escritural es irreverente, informal, posmoderna. Dada esta “falta de corrección” en la escritura, algunos docentes señalan al chat como uno de los agentes causales de los malos hábitos de escritura en los jóvenes y, además, la razón principal de que muchos adultos, entre ellos padres y docentes, estemos pasando a conformar un grupo social de “iletrados”, una especie de analfabetas de la red, pues desconocemos el uso de esta tecnología.


Balaguer, R., (2005) "El chat y el Messenger: instrumentos de entrenamiento en comunicación para tiempos de incertidumbre y baja atención". Ponencia presentada en el marco de las VIII Jornadas de AIDEP, The British Schools, Montevideo, 2005. Disponible en el ARCHIVO del Observatorio para la CiberSociedad en http://www.cibersociedad.net/archivo/articulo.php?art=209

sábado, 15 de noviembre de 2008

El lenguaje oral


Esta es la forma más común de comunicación interpersonal. Por medio de ella enviamos y recibimos sonidos articulados (sonidos lingüísticos, con valor significativo). Se inicia desde nuestra primera infancia. Su aparición fue necesaria, ya que ni la mímica ni la pictografía eran suficientes para satisfacer las necesidades de intercambio de información del ser humano.

Dada su inmediatez y versatilidad, la forma oral es la más interpersonal; permite la interacción entre dos o más personas a través del diálogo; por supuesto, ni es la única ni necesariamente la forma más eficiente, pero sí una de las más comunes. Por lo general, se apoya en el lenguaje gestual. Algunos gestos son tan o más comunicativos que muchas palabras.

No obstante, a pesar de su cotidianidad la estructura dialógica es compleja. Algunos de sus elementos no son constantes y, por tanto, difíciles de explicar, este es el caso del emisor y el receptor, quienes, además, anteriormente estaban frente a frente y ahora, dado el avance tecnológico, pueden interactuar de manera instantánea, pero sin necesidad de estar físicamente presentes. Esta constituye una nueva modalidad de diálogo y puede darse de dos formas básicas: espontánea (conversación) o planificada (entrevista).

La forma de comunicación típica del diálogo era la oralidad, sin embargo, gracias al internet, éste se pude realizar a partir de la escritura. Ahora se habla de “diálogo electrónico”(chat, también conocida como cibercharla o conversación electrónica instantánea). Este último se ha trasnformado en una de las formas más populares de comunicación, especialmente entre los jóvenes, aunque no exclusivamente.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

La mímica


Muchos suponen que los primeros intentos del ser humano por entablar comunicación los realizó sobre la base del gesto. De ahí que piensen que la mímica es la forma más antigua del lenguaje. No obstante, esto no evita que hoy por hoy se convierta en una forma sofisticada y tecnificada de comunicación.
“La mímica utiliza una forma de expresión corporal” (Carreto, 2005:12). A través del cuerpo logramos exteriorizar nuestros pensamientos, sentimientos y sensaciones. Los gestos aportan sentido a lo que decimos y le permiten al receptor descifrar ciertos contenidos y su significado.
Este lenguaje, a juicio de Carreto, hay que considerarlo en dos niveles: el instintivo (natural) y el artístico (la expresión corporal responde a patrones estudiados y planificados). Un gesto puede impactarnos de diversas maneras: directa (entendemos su significado), directamente objetiva (analizamos su efecto y comprendemos ciertos aspectos del mismo) o indirecta subjetiva (reaccionamos ante él e intentamos imitarlo).
Hay gestos que muestran las emociones: alegría, ira, tristeza, miedo. Cada cultura posee su forma particular de manifestarlos, no obstante, todas tienen puntos coincidentes, por lo tanto, los especialistas señalan que se trata de una manifestación universal. A diferencia de nuestros pensamientos, que son privados, las emociones nos desnudan; no podemos ocultarlas.
Con los gestos pasa lo mismo que con las palabras, si el receptor no entiende el mensaje, entonces tampoco se puede decir que hubo comunicación.
Es de resaltar que el estudio de los gestos es en la actualidad de gran ayuda para los servicios de inteligencia que tienen entre sus funciones interrogar y detectar la mentira en de una declaración.